30 diciembre 2009

la chica que vendía pan en la periferia de Sant Just

Era un miércoles, lo se porque había actuación. Ese día iban unos chicos de Málaga a la Academia, no me sonaban nada, "son esos en los que en el vídeo sale el de Danza Invisible y se siguen con cámaras" me decía el Alan mientras movía las manos al sin sentir de su voz (nota: pena que cancelaran el programa y no nos pudiéramos despedir). Esa noche lo busque por la red, tenia en retina ese vídeo ya que tiene elementos interesantes.

El día de antes pregunte quien iba a realizar, era un tío al que casi obligue a hacer un plano de unos enanos de jardín durante diez minutos por una maldita cinta betacam sx, y lo aguanto sin decir nada, un profesional en toda regla, de los que cuando llegan a trabajar te saludan y que cuando cierran el día, se acercan a despedirse de ti, pocos quedan ya así.

Ese miércoles llegue dos horas antes a mi puesto, no me costaba estar allí para ayudar. Pero ese día al pasar por el edificio Wellington, vi la panadería, con su terraza repleta de gente tostándose al sol, entonces no pensé, pedí unas rosquilletas a una chica joven, que me miro asombrada y luego sonrió, no son muy comunes en Catalunya y menos en el Barcelonès. Cuando mas centrado estoy en algo, mas despistado estoy en todo.

Descubrió de donde era, incluso los lugares que podía regentar de mi ciudad, ella no era de tan lejos, tenia sentido tanto acierto; una chica de Almassora que había ido a vivir a Barcelona y le tocaba malvivir en trabajos de quita y pon.

Cuando iba con tiempo me pasaba a hablar con ella; eran buenos ratos; siempre recordando lo bueno de las rosquilletas y aun mas si eran de nuestra tierra, dando igual que fuera miércoles.

0 comentarios: